El correo electrónico o email desde su creación por allá de los años 70s del siglo pasado se ha colocado como la forma más efectiva de comunicación a nivel personal, y a nivel empresarial sigue siendo la herramienta número uno de transferencia de información; no existe un sustituto que haya logrado desbancarlo con excepción de las aplicaciones móviles que poco a poco tratan de desplazarlo utilizando nuevos formas de autenticación como el número del móvil, la tarjeta de banco o bien por biometría.